Elaborar nuestras propias cremas o ungüentos siempre es divertido: obtenemos productos de calidad, libres de parabenos y de bastante buen precio. Además formular y probar pesos y aceites es realmente reconfortante.
No obstante, uno de los factores que debemos controlar es el tiempo de caducidad para que nuestras cremas sean efectivas durante todo el tiempo que las utilicemos.
De entre los conservantes más usuales y fáciles de emplear se encuentra la vitamina E, el antioxidante perfecto; unas pocas gotas bastan para alargar la vida de nuestros propios cosméticos.
Sin embargo tenemos a nuestro alcance numerosas recetas de cosmética casera de un solo uso o monodosis, para un solo tratamiento, que no necesitan conservantes. Elaboramos nuestro producto de forma rápida y fácil, sin montar la cacerolada en la cocina y, seguidamente, lo empleamos. Algunos de ellos, si te sobra, pueden conservarse en la nevera, pero siempre han de usarse en pocos días.
Una de estas Recetas de coméstica casera de un solo uso son los vahos para la limpieza de los poros: eliminan la suciedad y la grasa de la cara y purifican la piel pero además son un buenísimo “preparador o acondicionador” para tratamientos posteriores como la hidratación.
Antes de sentarse para realizar el baño de vapor debemos limpiar bien la cara con crema desmaquilladora o un jabón suave.
Para preparar los vahos con esta receta, debemos dejar reposar las plantas, mezcladas, toda la noche en un envase de cristal bien cerrado. Luego, colócalas en agua y llévalas a hervir. Haz los vahos con una toalla encima de la cabeza para aprovechar todos los vapores. Aguanta unos 10 o 15 minutos. Después de esta sesión de vapores, usa un tónico o lava la cara con agua tibia y, si quieres, finaliza el tratamiento con una mascarilla o cremita hidratante.
Ya ves: rápido, fácil y sin complicaciones.